miércoles, mayo 31, 2006

En mi trinchera...

Últimamente el mundo se dedica a decirme que tener fe (no necesariamente en dios sino a cualquier cosa) es algo que no vale la pena; ¿para qué me voy a aferrar a un ideal que muy probablemente nunca se va a cumplir? Frases como "supéralo nomás", "no va a suceder" o "esas cosas son tonterías" han sido utilizadas varias veces en menos de una semana por una amplia (en realidad unas 5 o 6 personas, pero para mí es bastante) gama de personas, todas diferentes, todas coincidiendo en este punto. Probablemente el mundo entero estaría de acuerdo en decir que "es mejor para mí" actuar de tal manera, pero es exactamente aquí en donde diferimos la humanidad y yo. Primero que nada porque no me gusta generalizar las cosas (claro que, es imposible no hacerlo, sobre todo en las ciencias sociales), luego, porque ir de la parte al todo no implica que lo que se dice es correcto y finalmente, porque como diablos puede saber alguien más qué cosa es mejor para mí. Desde donde estoy, me parece que, por el contrario, mi camino es el adecuado, es decir, no darme por vencido hasta que se haya destruido la última de mis posibilidades; de no hacer esto, pienso que me volvería esa clase de personas que me desagradan tanto por tomar a las cosas de la vida como simples acontecimientos pasajeros sin importancia (y en cosas de la vida están incluidas las personas con las que nos relacionamos) que tomamos o dejamos como si nos encontrásemos en un "supermercado" de los deseos; una política de cambio de producto si no se está del todo satisfecho se aplica a cada vez más productos, haciendo nuestra vida más "fácil" y llevadera. No se por qué esto no termina de cuadrar en mi cabeza. Hace un par de semanas descubrí por fin qué cosa es la fe verdadera, o al menos algo que se le aproxima; es imposible que explique con palabras su esencia pero me ha ayudado a ver que si vale la pena hacer lo que no "es mejor para mí". Y vale la pena, no porque me vaya a traer X beneficio o que se yo, sino lo vale porque aquello que espero es bueno en si mismo (últimamente, ese bastardo de Kant está en todas partes), es decir, su valor está en ser como es. Por eso mundo, te reto a un duelo a muerte (claro, solo mi vida está en juego aquí, pero hay que tomarsela en serio o si no, no causa impresión). Tú ya tienes tu arma, la humanidad entera y los sentimientos negativos, la mía, mi "fe verdadera" todavía no está lista, pero cada vez le pongo más refuerzos para que aguante los golpes y pueda servirme de cañón contra tus murallas. ¡Vamos a ver quien gana, maldito mundo de mierda!

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