domingo, junio 25, 2006

Jugando al positivismo o La Ley del Segundo


En la época dorada de la modernidad, esa en la que se declaró la paz perpetua, en la que los naturalistas y demás gente creían poder encontrar leyes universales para los fenómenos, en la que se clasificaba a los pueblos y civilizaciones con tablitas, todo parecía al alcance de la mano. El que menos formulaba ideologías totalizadoras, inventaba aparatitos para cambiarte los zapatos con rayos X y jugaba a recrear la historia "tal y como fue". Hoy en día las cosas se ven de un modo diferente; pobre del que se atreva a si quiera sugerir teorías que pretendan adquirir valor universal... a ese pobre iluso medio mundo se le echa encima y es ultrajado hasta que no queda más que un triste recuerdo. Sin embargo, creo que todos alguna vez nos hemos creído eso de que hay como leyes que lo rigen todo, y más de uno habrá ensayado postular una que otra ley. Personalmente, mis años positivistas ya son cosas del pasado, aunque debo admitir que de cuando en cuando se me escapa alguna cosa y fue en uno de esos momentos en los que todo parece poder explicarse que nació la idea de La Ley del Segundo.

El nombre puede sonar a que se le aplica a algo de importancia trascendental, alguna constante histórico-social, espacio-temporal o yo que se... pero no, en realidad, La Ley del Segundo pretende legislar un fenómeno más mundano, y su origen se debe a una mala costumbre que caracteriza al hombre peruano (no hablo de otros países porque no se como será el asunto por ahí). Su formulación, la cual me tomó todo un día de pensamiento serio (porque en el momento de veras que me la creí), explica claramente de que se trata. Nunca la apunté pero va más o menos así: "Para todo baño de hombres situado en Perú en el que haya urinales individuales, siempre habrá un segundo urinal, es decir, contando desde un lado o desde el otro, que esté limpio". Naturalmente me refiero a que por alguna razón, tenemos la mala costumbre de no apretar el botoncito/mover la perilla/lo que sea, ya sea porque somos muy flojos, nos da asco tocar el botón/perilla que otro ya cogió o nos llega todo y queremos que el otro se joda; y lo más gracioso del asunto es que cuando nos toca un urinal sucio, no dejamos pasar el agua sino que nos vamos a otro. Ante esta problemática fue que se me ocurrió lo de la Ley del Segundo. Claro, en su momento parecía totalmente lógico, es decir, hay que ver los hechos.

1) Uno no quiere caminar mucho (y además es posible que el aguante muscular esté en su límite y queramos deshacernos rápido del problema) por lo que es muy probable que se tome el primero de la fila.
2) Luego, si alguien más entra al baño, definitivamente no se va a poner al lado de uno que ya está ocupado puesto que uno quiere su privacidad y por ahí que te agarran de mirón así que mejor mantener cierta distancia. Entonces, se toma el tercero.
3) Cuando entras y ves el primer urinal sucio, lo más probable es que avances un par pues te imaginas que el siguiente también estará sucio, dejando al segundo libre.
4) El segundo contando del extremo más alejado de la puerta... pues bueno, esta lejos, y uno prefiere algo que esté más cerquita. Así que seguro queda libre.
5) El que está más alejado de todos será tomado por los tímidos que o toman ese o se meten a un cubículo (y mojan el borde por lo que me tienes media hora buscando el menos mojado para no tener que secar mucho) pues de hecho preferirá que se le plante uno al lado a que se le planten dos. Entonces, el segundo del extremo lejano sigue invicto.

Claro, no hay forma de hacer que esto se cumpla todo el tiempo, pues la gente a veces va contra la corriente, le da por revelarse y mear en cualquier urinal, resulta ser un mirón e incluso cabe la posibilidad de que exista alguien que, a propósito, vaya y ensucie sistemáticamente los urinales limpios para fregar, pero no voy a ponerme a estudiar esta clase de patologías, o al menos hoy no. Por otro lado, hay casos en los que esto simplemente no se puede aplicar como cuando hay solo 3 o, peor aún, 2 urinales, con lo que La Ley del Segundo se va a la mierda (y luego puede que se quede ahí nomás porque otra mala costumbre es que a veces no jalan la palanca). En fin, ya he descartado esta ley por completo, principalmente porque me da pereza estar revisando las hileras completas y por otro lado no quiero estar mirando lo que desechan otros; hoy en día presiono todos los botones de los urinales sucios que están a mi alcance, pero de vez en cuando me acuerdo de ella y por diversión la pruebo.

Nota: Ahora que vuelvo a leer esta cosa, creo que es lo más raro que he escrito en mi vida y siento vergüenza de que se me haya ocurrido aunque solo de casualidad una ley tan ridícula como esta... pero seguro que no soy el único al que se le han ocurrido reglas para predecir cosas equivalentes a esta (o al menos eso espero).

martes, junio 20, 2006

Battle Royal


Acabo de terminar de ver Battle Royale por youtube (no encontraba la película y como es la manera más fácil de ver lo que sea, pues la tuve que ver por ahí). Creo que de encontrarme alguna vez en una situación similar a la que pasan estos 42 escolares, solo podría tomar o el camino del suicidio o el de defender la vida de alguien más a costa de la mía. Esta película me ha conmovido hasta los huesos, no porque haya momentos tristes, sino porque captura muy bien esa segunda opción que mencione antes. El morir por alguien más, defender la vida del otro aun a costa de la propia debe ser, según mi punto de vista, la experiencia más cercana a comprender todo aquello que existe en el universo y resolver la respuesta del por qué estamos sobre la tierra. A media película se me escaparon las lágrimas viendo la escena en la que al chico solitario y que jamás hablaba le dispara la chica que él estaba buscando para poder proteger, y es que sentí que en ese momento estaba claramente plasmado todo eso que he tenido en la cabeza por mucho tiempo y que no terminaba de formular en palabras. A pesar de que esta le había quitado la vida, las últimas palabras del muchacho fueron la representación máxima de la entrega: "huye, que los disparos ha de haberlos escuchado otro y va a venir por ti. Te estaba buscando para protegerte porque te amo aunque nunca te lo dije" (lo que dice no es exactamente esto pero es más o menos la esencia). Implícito queda que el decirle esto es su forma de tratar de salvarla aún al final. Eso verdaderamente debe ser el amor verdadero: no de irse de paseo de aquí a allá, ni de vivir buenos momentos, pasar los días juntos o empujar el columpio del otro, todo esto son cosas comunes que hacen amigos y/o enamorados y forman el cascarón más no son el núcleo del asunto; de lo que se trata es ser capaz de morirse por el otro, de poner la vida en juego para que el otro no muera. Esta imagen un tanto extrema se traduce al ámbito de lo realista en algo que no solemos hacer hoy en día, y consiste en sacrificar cosas por el otro. Sin que te lo pidan, sin que sea realmente necesario, el querer sacrificar algo y sobre todo hacerlo (porque una cosa es decir y la otra hacer) por alguien que se ama -y ojo que lo sacrificado no tiene que ser la vida, de ahí no me vengan con que fue mi culpa- es, a mi parecer, el único acto verdaderamente tomado por libre voluntad, y no el suicidio como suele pensarse comúnmente (al respecto del suicidio ver El Suicidio de Durkheim; el libro tiene su centenar de años pero deja claro que tomar la decisión de matarse no es tan libre como uno se lo figura). Es una lástima que en el momento no se me haya ocurrido tomar una imagen de la escena para que vean a lo que me refiero; no iba a captar el sentimiento pero al menos serviría como referencia y como recordatorio para los que la han visto. Dejando de lado todo este asunto, más que una película de acción o quasi-ciencia ficción, es una película sobre la amistad, el crecer y sobre la vida en general por lo que se la recomiendo a todo aquel que sienta que todavía no ha terminado de crecer (digo los que sientan porque si nos ponemos a hablar de quienes realmente han crecido en el sentido de madurar o no, las cosas se ponen feas y las cifras no entran en la pantallita de la calculadora para poder dar un estimado) o que simplemente quiera pasar el rato viendo una buena película. Eso si, a los que les de cosa ver sangre, mejor se preparan para taparse los ojos de rato en rato porque hay bastante (con 42 mocosos matandose los unos a los otros, es dificil mantener el uniforme blanco, por más Polystel que sea).

P.D. Hay una canción - Contigo de Joaquín Sabina - que también plasma esta idea que propongo del verdadero amor, aunque no llega a quedar tan claro como en la película. De todos modos al que le interese puede ver la letra aquí.

viernes, junio 02, 2006

Más sobre el jueves


Ayer ya hablé un poco sobre qué tal estuvo mi jueves pero hoy me provoca escribir sobre algo diferente que también sucedió ayer y que ha estado dando vueltas en mi cabeza todo el día.

El tema clásico en esta epoca del año académico es por supuesto "esos conchesusmadres de letras/ ciencias/ derecho/ ingenieria/ sociales/ comunicaciones/ humanidades/ artes/ educación/ etc., qué mierda se han creido". Y es que ya estamos en ese tiempo en el que toda la universidad se junta para maldecirnos los unos a los otros: el campeonato interfacultades. Todos los años el asunto es el mismo; mandamos a nuestros batallones a hacer una coreografía/sketch temático a ver quién es el mejor haciendo el ridículo. El ganador, por supuesto, recibe seis cofres de divino elixir dorado, o dicho en peruano, 6 jonkas de chela, 3 para el segundo puesto. Cada año nos encontramos en el mismo estacionamiento; cada año mandamos a nuestra gente, carros, muñecos, mascotas; cada año hay duelo de mascotas; cada año la carnicería humana, gritos y canciones ridículas me recuerdan que la universidad, como el Perú, está partida en dos (con sus respectivos subgrupetes, claro está, pero basicamente son dos extremos). ¿Por qué será que existe cierto odio entre letras y ciencias? No solemos hacerlo explícito; en un día cualquiera, la mitad de ciencias se pasea por letras y no falta nunca alguno de nosotros (yo soy de letras para el que no se haya dado cuenta) que vaya a visitar a los vecinos. Es solo en ocasiones como esta en las que toda esa basurita que tenemos ahi guardada empieza a brotar de nuestras bocas, trasformandose en menciones no muy amigables sobre madres ajenas, afirmaciones que pretenden hacer creer que la inteligencia de ciertos alumnos se acerca al de los Equus asinus (en cristiano se dice burro) y comentarios que ponen en duda la virilidad de algunos; algo asi como lo que pasa cuando Chile dice o hace algo que nos patea en la glandula patriotesca: recién ahi saltamos, de lo contrario estamos tranquilitos mirando como vienen y van, nos quitan y nos venden, etc. No soy partidario de este comportamiento; por el contrario, suelo abogar por la igualdad de ambos lados y hasta quería hacer un proyecto para desarmar los discursos elaborados por cada lado y poner en evidencia los prejuicios que se encontraban detrás (el cual parece que nunca voy a poder poner en marcha). Sin embargo, ayer fue dificil contenerse para evitar pensamientos "anti-ingeriéricos" y ahora voy a empezar a contar el por qué del asunto.

En fin, la cosa es que este año no fue la excepción: todo se volvió a repetir, del mismo modo en que seguirá repitiendose (hasta que los humalistas nos cierren la universidad tal vez). Como he mencionado en el post anterior, yo no fuí a clases en la mañana y de hecho pensé que me había salvado de presenciar todo el show. En parte logré mi cometido: me perdí de todo el desfile, las coreografías, etc. Por otro lado, fuí un iluso al creer que podía escapar del todo. Es asi que cuando llegué a la universidad aproximadamente a las dos y media de la tarde, me encontré con una turba enardecida vestida con polos que decían "ciencias e ingeniería" (es una pena que a los de ciencias puras no los dejen hacer las cosas por su cuenta) que saltaba frente a la cafetería de letras mientras que gritaban como locos. Por lo demás esto no tendría nada de raro, siempre nos gritamos. La diferencia es que esta vez me sentí ofendido - y profundamente dicho sea de paso - no solo porque accidentalmente tocase nervios sensibles en mi sino que además resultaba denigrante para quienes escuchaban y en general para muchas personas de letras a quienes conosco. Frases como "les vamos a robar a sus flacas" o "vamos a partir a las (recalco el LAS) de letras" volaban a diestra y siniestra, metiendose como gusanos por mis oidos y dejando sus huevecillos de odio dentro de mi cabeza. Muy aparte de que en verdad me sentí golpeado por lo que decían (quiero pensar que el "personaje trenzado" - no lo voy a explicar - no estaba entre la masa de gritones inmaduros que aún no superan los traumas del kindergarten, ni me fijé, porque para colmo de ofendido, me sentiría decepcionado e intranquilo por el mal juicio de otras personas, y también de mi propio juicio pues considero que ha de ser una persona sensata), detrás de las palabras que utilizan para herir a sus oponentes, ergo, la gente de letras, se esconde varias cosas bastante condenables. Por ejemplo, parece que no se han dado cuenta de lo machista que resulta hablar de "las flacas" como objetos de valor a los que "se puede robar" y por lo tanto poseer. O también esta eso de "partir" a las de letras... nuevamente la mujer como objeto; no por nada ciencias está lleno de "machos". Alguien tendría que enseñarles sobre la igualdad entre géneros, las virtudes de poder conocer a una mujer de un modo que no implique necesariamente algo sexual y finalmente de lo hermoso que es que ambas partes disfruten del acto sexual (esto último es por ese asunto de "partir"; da a entender que es sólo un lado el que disfruta del acto mientras que el otro es castigado por alguna razón que no es conocida). Así mismo, estas afirmaciones no se alejan mucho de lo que un grupo de gorilas macho le hubiese gritado a otro grupo en el cual también hay hembras antes de lanzarse a la batalla, matar a los machos dominantes, descuartizar a los crios e inmediatamente embarazar a las hembras con sus propios retoños.

En este punto siento la necesidad de recalcar en algo que ya dije: no estoy de acuerdo con establecer diferencias entre lados diferente de la universidad y detesto los discursos ANTI letras/ciencias. Es sólo que en esta ocación he querido dar a ver mi punto de vista en cuando a su comportamiento. No tengo idea de qué cosa habrá hecho la gente de letras, siempre hay algo condenable en ambos lados, pero de saberlo, también lo condenaría - hoy escuché a una chica decir que le había lanzado un botellazo (de plástico por si acaso) a uno de los que estaban gritando y bueno, digamos que, aunque está en su derecho de sentirse indignada, recurrir a la violencia para resolver un problema es más o menos lo mismo que ponerte a gritar tonterias - ya lo dije, no estoy a favor de nadie.

¿Será que algún día podremos ofuscar las diferencias entre un lado y el otro, tomarnos de la mano y llevar una vida tranquila? ¿O es que estamos condenado a la ruptura, igual que el Perú? Por otro lado, es una pena que haya tanto machito hipócrita por ahi - esos que por un lado gritan que "van a partir a las de letras" (o a las de cualquier lugar, esta clase de personas habitan en forma parasitaria todos los niveles de nuestra sociedad); por el otro, seguramente les dicen a sus "flacas" (este término también se presta para bastante interpretación y es usado por todo el mundo pero mejor en otra ocasión) lo respetuosos que son ellos del género femenino y que las estiman mucho mientras que, por lo bajo, las tratan como objetos poseibles y comercializables.

Editado el 03/06/06 - hechas algunas precisiones para evitar malentendidos

jueves, junio 01, 2006

A la vida a veces le da por pintar las cosas de colores y mezclas que no te esperas ver. Hoy por ejemplo, el día se proyectaba como uno de los peores en mi vida. En efecto, así empezó, triste y melancólico al punto de preferir quedarme en casa a ir a clases. Sin embargo, sin que me diera cosa, las cosas empezaron a ponerse más alegres por la tarde y ya cerca de la noche todo era paz y en cierta forma alegría. Los colores del mar (me jalaron y pasé por ahi) me hicieron recordar tantísimas cosas preciosas que tenía guardadas en mi cabeza y en vez de asociarlas con lo que ya no tengo desde hace un mes exactamente, se juntaron para formar recuerdos hermosos que me hicieron sentir que si puedo ganarle la batalla al mundo o al menos aguantar por un buen tiempo. Todo eso que quiero... los recuerdos... son tan hermosos... me hacen recordar que vale la pena (todo eso que escribí ayer). Aparte, hoy he recordado que importante es tener personas que comprenden lo que le sucede a uno (no que me haya pasado nada especial, tan solo recordé) y/o traten de hacerte sentir de mejor humor. Espero que el día me siga llevando por la senda de la tranquilidad hasta que sea hora de cerrar los ojos.